domingo, 20 de diciembre de 2009

Consejos para recorrer el mundo financiero


Por Claudio Zuchovicki, para el Cronista.

Intentemos, como hacemos siempre, descifrar el idioma de los precios y ver que expectativas manifiestan los mercados para el mundo que viene. Para hacerlo, tomemos la variación de precios de cinco años para que el análisis capture momentos de euforia, caída y recuperación. Aquí van algunos aspectos interesantes:

Si aprendimos algo en éstos últimos años, es que existen dos riesgos básicos a la hora de tomar decisiones financieras: el riesgo de hacer una inversión y el de no hacerla. En el mundo de hoy, me parece mucho más riesgosa la segunda opción, porque muy pocas veces nos ponemos a mensurar cuanto se pierde por no tomar decisiones. ¿Cuánto perdió el que no arriesgo y no compró activos en marzo? O ¿Cuánto perdió el empresario que no se animó a crecer o invertir en un determinado momento?

Supongamos que hace cinco años una persona tenía u$s 10.000 ahorrados, decide, para ser cauteloso, guardar ese dinero (billete) en una caja de seguridad y no hacer nada más. . Muchos interpretan este comportamiento como una decisión conservadora.

Pero, ¿sabe esta persona los riesgos de desvalorización que está asumiendo al dejar los billetes en una caja de seguridad? ¿Sabe que aunque mantenga esos diez mil dólares billete éstos, hoy, luego de cinco años, quizás valen la mitad en poder adquisitivo mundial? (medido en soja, petróleo, oro, euros, tierra, etc.)

Estoy convencido que uno asume más riesgos cuando se paraliza y no hace nada, que cuando toma decisiones proactivas. Veamos los siguientes ejemplos:

Si en diciembre de 2004 hubiese invertido u$s 10.000 en Apple, hoy tendría u$s 105.000, sin embargo si hubiese optado por invertir en General Electric, hoy solo tendría un poco más de u$s 5.000.

Moraleja: A largo plazo la bolsa no sube o baja, hay empresas que se capitalizan y otras que no. Invertir en la más grande o más segura no implica obtener los mejores resultados. En 2004 Apple era todo riesgo incorporando el producto Ipod.

Si en diciembre de 2004 hubiese invertido u$s 10.000 en Google, hoy tendría u$s 50.000 pero si hubiese elegido Microsoft, apenas llegaría a u$s 9.000.

Moraleja: el problema no es solo crecer. Ser más grande o contar con más trayectoria no da garantías de éxito. En la medida que uno se hace más grande más difícil le resulta moverse mientras que las expectativas sobre el crecimiento de la empresa se hacen más evidentes. La flexibilidad es una ventaja.

Si en diciembre de 2004 hubiese invertido u$s 10.000 en Petrobras, hoy tendría u$s 54.000, si lo hubiese hecho en Chevron, hoy tendría u$s 13.000. Quien hubiese dicho, en ese entonces, que en materia energética, invertir en Brasil terminaría siendo mejor negocio que en EEUU. Es la teoría del cisne negro, hay veces que apostar a lo obvio no trae buenos resultados y apostar a lo inesperado es lo que hace la gran diferencia. Este ejemplo también derrumba algunos prejuicios que al menos yo tenía. Uno de ellos, por ejemplo era que no es bueno comprar acciones de empresas con participación estatal como accionistas. Claramente en mi caso fue error.

Si en diciembre de 2004 hubiese invertido u$s 10.000 en Tenaris hoy tendría 44.000 dólares y si lo hubiese hecho por ejemplo en Cresud, hoy tendría un poco menos de u$s 11.000. Quien diría que una empresa industrial en Argentina cuadriplicaría el rendimiento de una empresa ligada al campo.

Entre las empresas de mayor capitalización del mundo hoy están:

Exxon: u$s 500.000 millones

Petrochina: u$s 435.000 millones

China Moblile: u$s 344.000 millones.

Gazprom (Rusia): u$s 339.000 millones

Petrobras: u$s 270.000 millones (más que el PBI de la Argentina)

Vemos entonces que el dominio del mundo hoy se reparte entre una empresa americana, dos chinas, una rusa y una brasileña. El BRIC en su máxima expresión demuestra que a los países lo hacen no solo sus gobernantes sino la actitud de sus habitantes y empresas.

Finalmente, para tener en cuenta, en Japón hoy Nintendo es la tercer mayor empresa en capitalización bursátil, luego de Toyota y Banco Mitsubishi. El consumo juvenil y la industria del entretenimiento están cambiando la valorización de las empresas. Como digo siempre nunca subestime el consumo de los más jóvenes (sub-27) a la hora de invertir, representan el 50% de la población mundial. Apple es otro buen ejemplo.

Conclusión. Estos años me enseñaron a ver que ser conservador tiene su riesgo. Que comprar solo empresas grandes con trayectoria, no me garantiza nada, que las grandes diferencias se hacen apostando a lo inesperado. Que cuando uno invierte en algo, pone en juego su percepción sobre el futuro, y no hay universidad, libro, manual, académico o gurú que pueda describirme como será el futuro. Si alguien cobra por ello, le debe estar mintiendo porque si éste sabe como viene el futuro, no se ganaría la vida contándoselo a usted.

Como me dice siempre la Lic. Ana Guber, el mercado siempre da revancha, esta en uno saber tomarla y a ésta altura de la vida, ser extremadamente conservador no es la forma de hacerlo. La idea es saber administrar el riesgo, no evitarlo.

2 comentarios:

  1. Mi enhorabuena... un post verdaderamente interesante y motivador. Estoy totalmente de acuerdo en que pierde más el que adopta una actitud de "no invertir" que el que adopta la actitud contraria.

    Me ha gustado mucho el artículo y los ejemplos, si señor.

    Un saludo desde mentemillonaria.es

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  2. El artículo está muy bueno lástima que siempre se habla de historia no de futuro.

    Si tomamos el ejemplo del que cuatruplicó entonces digo que bolu porque no invertí ahí, pero si vemos al que perdió la mitad o más de lo que invertió entonces digo mejor que no invertí.

    Siempre se toman decisiones. Tanto el conservador como el arriesgado siempre lo hacen.

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